En este episodio nos acompañan los filósofos del Materialismo Filosófico Joaquín Robles e Iván Vélez.
Nuestros filósofos empiezan criticando el llamado «derecho de autodeterminación» que conduce al αὐτο griego como elemento compositivo de una multitud de palabras, muchas de ellas de significado hueco. Nuestros filósofos ponen el ejemplo del barón de Munchhaüsen que, cuando se precipitaba en caída libre, se agarraba de su propio cabello para no caerse. Ese es el αὐτο griego. Absurdo para nuestros filósofos. Y es que nada se autodetermina. En todo caso se codetermina.
También los invitados critican la expresión «derecho a decidir» porque «si puedes decidir es que ya estás decidiendo», sentencia Robles.
Asimismo, los invitados reparan en el argumento lisológico. Y es que el «derecho a decidir» dependerá también del contenido, de la materia a decidir. Por ejemplo, no tenemos derecho a decidir democráticamente si queremos asesinar a alguien, o decidir democráticamente si Dios existe. Entonces aquí habría que ver también si el derecho a la soberanía de Cataluña es decidible o no. Nuestros filósofos lo niegan categóricamente porque la pertenencia a las Naciones es algo que viene dado históricamente. Son cuestiones totalmente objetivas, ajenas a nuestra voluble voluntad. Incluso partiendo de la posición más favorable para un independentista que odia a España y su historia, llevándola al terreno de la Leyenda Negra; si, como decimos, aceptamos que España es un país execrable, esto tampoco justificaría renegar de España porque, según Robles, la pertenencia a España es tan objetiva como el que tiene a un padre borracho, toxicómano y delincuente y no puede renegar de él porque la paternidad no se elige sino que viene dada. Así tampoco las Naciones se eligen, según nuestros filósofos. Además, la Nación no se identifica sólo con el presente sino con el pasado, o sea, con las generaciones que influyeron en nosotros sin que nosotros podamos influir en ellas. ¿Quiénes somos nosotros, nuestra generación, para acabar con una Nación que construyeron muchas generaciones anteriores y que también será el hogar de nuestros hijos y nietos?, se pregunta Robles. Además, Iván recuerda que las Naciones no son eternas pero cuando desaparecen esto sucede por las mismas causas históricas objetivas que se forman. Unas causas que son ajenas a nuestras voluntades.
A continuación, nuestros filósofos intentan ahondar en las causas del independentismo catalán. Aunque este fenómeno se remonta al siglo XIX, es en el régimen actual de 1978 cuando más vivo está. Iván destaca que las concesiones que realizó Aznar a Pujol para lograr el necesario apoyo parlamentario, unas competencias en educación que han servido para adoctrinar a muchos jóvenes catalanes en el independentismo, han catalizado este problema. También nuestros filósofos critican las palabras de Serrat que no suponen una crítica al independentismo sino, desde la escala del fundamentalismo democrático, denuncian un déficit democrático en el referéndum que no garantizaría que los resultados sean fiables.
Nuestros filósofos niegan que el referéndum se deba llevar a cabo porque este ya presupondría la soberanía que se quiere decidir en el referéndum. Sería una falacia de petición de principio. Además, «no se puede excluir al resto de españoles de una decisión que les afecta», destaca Robles, que además ni siquiera cree que la soberanía de España sea «decidible». Ahora mismo es muy complicado analizar si las medidas del Gobierno español son prudentes o temerarias. Como destaca Iván, hay que esperar los resultados de este proceso para calibrar el acierto o el error de las medidas gubernamentales. En lo que se muestran muy categóricos Iván y Joaquín es cuando afirman que el «procés» debe ser detenido cuanto antes, por cuanto podría llevar a la disgregación de otras regiones y la destrucción de España.
¿Podría contar el independentismo catalán con ayudas de terceras potencias como Rusia para debilitar un país estratégico de la OTAN como España, por la ubicación geográfica que tiene? Nuestros invitados no descartan completamente esa posibilidad pero se muestran escépticos en sus respuestas porque no hay suficientes pruebas para apuntalar ese argumento.
A continuación, los invitados analizan la posición de Podemos en este conflicto. Robles cree que es una izquierda indefinida «que se ha tragado la idea de que ser de España es de derechas y sin embargo sentirse de Cataluña, País Vasco o Extremadura es de izquierdas». Para Robles su electorado no vota desde la plataforma de España sino desde una metafísica humanidad. Por eso a Podemos le daría igual que desaparezca España. Simplemente habría que reubicar a los ciudadanos de la humanidad y ya estaría «solucionado» el problema. Pero la «humanidad» no existe. Entonces esto para nuestros filósofos sería un grave problema si un partido como Podemos un día gobernara, aunque Robles cree que entonces verían que la política real no es eso. Sufrirían una transformación como «Syriza» en Grecia, creen nuestros filósofos.
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* Grabado el 27 de septiembre de 2017.