En este episodio de Radio Materialista sobre la cuestión del aborto contamos con dos invitados: David Alvargonzález y Sharon Calderón.
Primero preguntamos si la llamada «ley de plazos del aborto» o Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo», es compatible con el Materialismo Filosófico (MF). David distingue dos escalas: ética (individual y distributiva) y política. «Cualquier cosa que mate o ponga en peligro ese individuo que está en curso sería «antiético» de acuerdo con los principio de la Ética». Sin embargo, desde la escala política, basada en la prudencia, el análisis cambia. David parte de la idea que relaciona el aborto con el control de la natalidad. Entonces, si establecemos un orden basado en los costos y otros problemas, el infanticidio sería lo menos deseable. El siguiente procedimiento sería el aborto, que sigue siendo costoso y plantea algunos problemas. Por último, el método menos costoso y, por consiguiente, el más prudente desde las coordenadas políticas, sería el anticonceptivo. David hace hincapié en que las políticas restrictivas contra el aborto no son la solución porque siempre las mujeres encontrarán clínicas clandestinas para abortar en condiciones peligrosas o viajarán al extranjero para abortar. Así que la acción política más bien habría que focalizarla en la prevención, la educación, la detección de los colectivos humanos donde hay más proclividad a los embarazos no deseados, &c.
La segunda cuestión que abordan nuestros invitados nos introduce de pleno en la teleología. Sabemos que la ley de plazos se oponía a la visión continuista de la ontogénesis. Así que preguntamos si tiene sentido establecer esos cortes o plazos. Una cosa es el aspecto ontogenético y otra, el ético (las normas éticas van dirigidas al individuo y no se aplicarían antes de la aparición de este). Entonces aquí la clave está en saber dónde establecemos el corte, dónde empieza el individuo. El proceso de la ontogénesis es continuo. Pero la norma tiene que establacer cuándo se puede matar a un organismo (no en la acepción de cuerpo dotado de todos sus órganos sino en la definición de «ser viviente» como los organismos unicelulares del tipo bacterias). Este gradualismo ontológico hay que hacerlo casar con la discontinuidad de la norma. Para David el individuo humano aparece cuando tiene una diferenciación celular tal que es imposible la gemelación. A partir de ese momento la escala ética impide la muerte del individuo. Sharon discrepa es este aspecto. David recuerda que una cosa es la escala ética y otra, la política, desde la cual se podría justificar, en aras de la prudencia, los abortos en ciertos supuestos.
Hay quienes entienden el aborto como un contenido propio de un programa de izquierdas. En cambio, Gustavo Bueno pensaba que esto es una consideración «totalmente gratuita y temeraria». Como también lo sería la identificación entre progresismo y aborto. Incluso Bueno decía que habría que ver el aborto «como un regreso o «retroceso reaccionario» a la época de la barbarie». Preguntamos a nuestros invitados qué relación habría -si es que la hay- entre el aborto y el progresismo. Desde la «izquierda sociológica» se defiende una Ley del aborto más extensa. En cambio los sectores de la «derecha sociológica» tienden a limitar los supuestos para el aborto, como recuerda Sharon. Otra cuestión es que en el terreno de la «realpolitik» al final el gobierno del PP no haya movido ni una letra de la «Ley de plazos del aborto» aprobada en los tiempos del PSOE, sin duda apelando a la prudencia política.
Algunos desde los sectores católicos más duros hablan de «asesinato» cuando una mujer aborta. Estos católicos razonan que si se supone que el feto es humano, matarlo entonces sería un homicidio. Para salir al paso de esto la ex ministra del PSOE Bibiana Aido dijo que el feto era un ser vivo pero no un ser humano. Estas declaraciones produjeron un gran revuelo. ¿Es comparable abortar con un homicidio como creen algunos? Gustavo Bueno decía que incluso un niño de dos años no era todavía persona -porque la persona se adquiere cuando se aprende a hablar según Bueno- pero no por eso se le podía matar. David y Sharon coinciden en que abortar no es asesinar. David habla de «matar a un feto» (con las implicaciones éticas que esto también podría tener) pero no de cometer un «homicidio». Sharon recuerda el Código Civil y afirma que tienen que transcurrir más de 24 horas fuera del útero materno para hablar desde el derecho positivo de «asesinato».
Descargue el programa desde Google Drive.
*Grabado el 18 de diciembre de 2017.
Podcast para escuchar y seguir las tertulias filosóficas de Radio Materialista. Nos acompañan con sus análisis los filósofos del Materialismo Filosófico fundado por Gustavo Bueno Martínez. Los archivos están grabados en MP3 de 320 Kbps para que usted escuche sus programas favoritos con la máxima calidad posible.
lunes, 18 de diciembre de 2017
sábado, 21 de octubre de 2017
Radio Materialista- Episodio 50 (La Idea de Hispanidad).
Nuestros invitados comentan que la Hispanidad tiene dos sentidos. Primero como idea ligada al Imperio como hecho histórico que desborda la distinción entre izquierda y derecha. Segundo como celebración del «Día de la Hispanidad» en España que podría tener elementos nematológicos. Héctor recuerda que ver la Idea de Hispanidad desde la Idea de Nación, como se hace desde 1986, es un reduccionismo. Y es que la Hispanidad desborda las Naciones. Héctor va más lejos y afirma que la Idea de Hispanidad (transestatal) implicaría replantearse la Idea de Estado-nación europeo e incluso de soberanía. Unos Estados-nación que nacieron precisamente como reacción al Imperio español y todas sus instituciones históricas.
A continuación nuestros invitados se enzarzan en una discusión sobre la soberanía de los Estados en la moderna sociedad que cuenta con tecnologías muy «globalizadoras» como Internet y, en general, el desarrollo de las telecomunicaciones que posibilitan que personas que están en un país, se comuniquen estrechamente con otras muy lejanas y se sientan parte de determinados grupos o colectivos que no tienen nada que ver con el Estado donde viven. También Héctor cree que se difumina la soberanía de los Estados porque a veces esta rebasa las fronteras y entran otros factores: presión de terceras potencias hacia las empresas y los bancos de un Estado para dañar su economía, etc. Pedro sigue sosteniendo que el Estado se sigue definiendo por la soberanía porque, en última instancia, el Estado puede decidir plantar cara a quienes tratan de limitar su soberanía desde fuera. Héctor cree que esa coacción externa es suficiente para negar la soberanía. Pedro sigue insistiendo en que si tienes la posibilidad de plantar cara o aceptar a quien te quiere dominar, eso es una forma de decidir y ejercer la soberanía. Además, si las unidades básicas de la política no son los Estados-nación, ¿dónde la establecemos?, se pregunta Pedro.
¿Superaría la Hispanidad una hipotética desaparición de la «Madre Patria»? Nuestros tertulianos opinan que como la Idea de Hispanidad desborda cada una de las Naciones que la conforman, podría sobrevivir si una de ella desapareciera. Héctor además añade que España hay que entenderla desde Hispanoamérica y no al contrario.
A continuación, Héctor y Pedro tratan la relación de la Hispanidad y el indigenismo. Comentan los problemas de determinadas comunidades indígenas en algunos países hispanoamericanos y su integración en los Estados que a veces tratan de negar. Pedro ve en las exigencias a esos Estados que niegan una paradoja.
La formación de una hipotética plataforma política hispánica como alternativa a los bloques políticos de presión realmente existentes en el mundo, es el último asunto que nuestros invitados tratan. Ambos ven con buenos ojos esa posibilidad pero discuten los matices. Y es que habría que ver qué idea de Hispanidad se maneja en una alianza de ese tipo.
Descargue el programa desde Google Drive.
* Grabado el 21 de octubre de 2017.
jueves, 28 de septiembre de 2017
RADIO MATERIALISTA - EPISODIO 49 (CATALUÑA Y LA SOBERANÍA ESPAÑOLA).
En este episodio nos acompañan los filósofos del Materialismo Filosófico Joaquín Robles e Iván Vélez.
Nuestros filósofos empiezan criticando el llamado «derecho de autodeterminación» que conduce al αὐτο griego como elemento compositivo de una multitud de palabras, muchas de ellas de significado hueco. Nuestros filósofos ponen el ejemplo del barón de Munchhaüsen que, cuando se precipitaba en caída libre, se agarraba de su propio cabello para no caerse. Ese es el αὐτο griego. Absurdo para nuestros filósofos. Y es que nada se autodetermina. En todo caso se codetermina.
También los invitados critican la expresión «derecho a decidir» porque «si puedes decidir es que ya estás decidiendo», sentencia Robles.
Asimismo, los invitados reparan en el argumento lisológico. Y es que el «derecho a decidir» dependerá también del contenido, de la materia a decidir. Por ejemplo, no tenemos derecho a decidir democráticamente si queremos asesinar a alguien, o decidir democráticamente si Dios existe. Entonces aquí habría que ver también si el derecho a la soberanía de Cataluña es decidible o no. Nuestros filósofos lo niegan categóricamente porque la pertenencia a las Naciones es algo que viene dado históricamente. Son cuestiones totalmente objetivas, ajenas a nuestra voluble voluntad. Incluso partiendo de la posición más favorable para un independentista que odia a España y su historia, llevándola al terreno de la Leyenda Negra; si, como decimos, aceptamos que España es un país execrable, esto tampoco justificaría renegar de España porque, según Robles, la pertenencia a España es tan objetiva como el que tiene a un padre borracho, toxicómano y delincuente y no puede renegar de él porque la paternidad no se elige sino que viene dada. Así tampoco las Naciones se eligen, según nuestros filósofos. Además, la Nación no se identifica sólo con el presente sino con el pasado, o sea, con las generaciones que influyeron en nosotros sin que nosotros podamos influir en ellas. ¿Quiénes somos nosotros, nuestra generación, para acabar con una Nación que construyeron muchas generaciones anteriores y que también será el hogar de nuestros hijos y nietos?, se pregunta Robles. Además, Iván recuerda que las Naciones no son eternas pero cuando desaparecen esto sucede por las mismas causas históricas objetivas que se forman. Unas causas que son ajenas a nuestras voluntades.
A continuación, nuestros filósofos intentan ahondar en las causas del independentismo catalán. Aunque este fenómeno se remonta al siglo XIX, es en el régimen actual de 1978 cuando más vivo está. Iván destaca que las concesiones que realizó Aznar a Pujol para lograr el necesario apoyo parlamentario, unas competencias en educación que han servido para adoctrinar a muchos jóvenes catalanes en el independentismo, han catalizado este problema. También nuestros filósofos critican las palabras de Serrat que no suponen una crítica al independentismo sino, desde la escala del fundamentalismo democrático, denuncian un déficit democrático en el referéndum que no garantizaría que los resultados sean fiables.
Nuestros filósofos niegan que el referéndum se deba llevar a cabo porque este ya presupondría la soberanía que se quiere decidir en el referéndum. Sería una falacia de petición de principio. Además, «no se puede excluir al resto de españoles de una decisión que les afecta», destaca Robles, que además ni siquiera cree que la soberanía de España sea «decidible». Ahora mismo es muy complicado analizar si las medidas del Gobierno español son prudentes o temerarias. Como destaca Iván, hay que esperar los resultados de este proceso para calibrar el acierto o el error de las medidas gubernamentales. En lo que se muestran muy categóricos Iván y Joaquín es cuando afirman que el «procés» debe ser detenido cuanto antes, por cuanto podría llevar a la disgregación de otras regiones y la destrucción de España.
¿Podría contar el independentismo catalán con ayudas de terceras potencias como Rusia para debilitar un país estratégico de la OTAN como España, por la ubicación geográfica que tiene? Nuestros invitados no descartan completamente esa posibilidad pero se muestran escépticos en sus respuestas porque no hay suficientes pruebas para apuntalar ese argumento.
A continuación, los invitados analizan la posición de Podemos en este conflicto. Robles cree que es una izquierda indefinida «que se ha tragado la idea de que ser de España es de derechas y sin embargo sentirse de Cataluña, País Vasco o Extremadura es de izquierdas». Para Robles su electorado no vota desde la plataforma de España sino desde una metafísica humanidad. Por eso a Podemos le daría igual que desaparezca España. Simplemente habría que reubicar a los ciudadanos de la humanidad y ya estaría «solucionado» el problema. Pero la «humanidad» no existe. Entonces esto para nuestros filósofos sería un grave problema si un partido como Podemos un día gobernara, aunque Robles cree que entonces verían que la política real no es eso. Sufrirían una transformación como «Syriza» en Grecia, creen nuestros filósofos.
Descargue el archivo desde Google Drive.
* Grabado el 27 de septiembre de 2017.
Nuestros filósofos empiezan criticando el llamado «derecho de autodeterminación» que conduce al αὐτο griego como elemento compositivo de una multitud de palabras, muchas de ellas de significado hueco. Nuestros filósofos ponen el ejemplo del barón de Munchhaüsen que, cuando se precipitaba en caída libre, se agarraba de su propio cabello para no caerse. Ese es el αὐτο griego. Absurdo para nuestros filósofos. Y es que nada se autodetermina. En todo caso se codetermina.
También los invitados critican la expresión «derecho a decidir» porque «si puedes decidir es que ya estás decidiendo», sentencia Robles.
Asimismo, los invitados reparan en el argumento lisológico. Y es que el «derecho a decidir» dependerá también del contenido, de la materia a decidir. Por ejemplo, no tenemos derecho a decidir democráticamente si queremos asesinar a alguien, o decidir democráticamente si Dios existe. Entonces aquí habría que ver también si el derecho a la soberanía de Cataluña es decidible o no. Nuestros filósofos lo niegan categóricamente porque la pertenencia a las Naciones es algo que viene dado históricamente. Son cuestiones totalmente objetivas, ajenas a nuestra voluble voluntad. Incluso partiendo de la posición más favorable para un independentista que odia a España y su historia, llevándola al terreno de la Leyenda Negra; si, como decimos, aceptamos que España es un país execrable, esto tampoco justificaría renegar de España porque, según Robles, la pertenencia a España es tan objetiva como el que tiene a un padre borracho, toxicómano y delincuente y no puede renegar de él porque la paternidad no se elige sino que viene dada. Así tampoco las Naciones se eligen, según nuestros filósofos. Además, la Nación no se identifica sólo con el presente sino con el pasado, o sea, con las generaciones que influyeron en nosotros sin que nosotros podamos influir en ellas. ¿Quiénes somos nosotros, nuestra generación, para acabar con una Nación que construyeron muchas generaciones anteriores y que también será el hogar de nuestros hijos y nietos?, se pregunta Robles. Además, Iván recuerda que las Naciones no son eternas pero cuando desaparecen esto sucede por las mismas causas históricas objetivas que se forman. Unas causas que son ajenas a nuestras voluntades.
A continuación, nuestros filósofos intentan ahondar en las causas del independentismo catalán. Aunque este fenómeno se remonta al siglo XIX, es en el régimen actual de 1978 cuando más vivo está. Iván destaca que las concesiones que realizó Aznar a Pujol para lograr el necesario apoyo parlamentario, unas competencias en educación que han servido para adoctrinar a muchos jóvenes catalanes en el independentismo, han catalizado este problema. También nuestros filósofos critican las palabras de Serrat que no suponen una crítica al independentismo sino, desde la escala del fundamentalismo democrático, denuncian un déficit democrático en el referéndum que no garantizaría que los resultados sean fiables.
Nuestros filósofos niegan que el referéndum se deba llevar a cabo porque este ya presupondría la soberanía que se quiere decidir en el referéndum. Sería una falacia de petición de principio. Además, «no se puede excluir al resto de españoles de una decisión que les afecta», destaca Robles, que además ni siquiera cree que la soberanía de España sea «decidible». Ahora mismo es muy complicado analizar si las medidas del Gobierno español son prudentes o temerarias. Como destaca Iván, hay que esperar los resultados de este proceso para calibrar el acierto o el error de las medidas gubernamentales. En lo que se muestran muy categóricos Iván y Joaquín es cuando afirman que el «procés» debe ser detenido cuanto antes, por cuanto podría llevar a la disgregación de otras regiones y la destrucción de España.
¿Podría contar el independentismo catalán con ayudas de terceras potencias como Rusia para debilitar un país estratégico de la OTAN como España, por la ubicación geográfica que tiene? Nuestros invitados no descartan completamente esa posibilidad pero se muestran escépticos en sus respuestas porque no hay suficientes pruebas para apuntalar ese argumento.
A continuación, los invitados analizan la posición de Podemos en este conflicto. Robles cree que es una izquierda indefinida «que se ha tragado la idea de que ser de España es de derechas y sin embargo sentirse de Cataluña, País Vasco o Extremadura es de izquierdas». Para Robles su electorado no vota desde la plataforma de España sino desde una metafísica humanidad. Por eso a Podemos le daría igual que desaparezca España. Simplemente habría que reubicar a los ciudadanos de la humanidad y ya estaría «solucionado» el problema. Pero la «humanidad» no existe. Entonces esto para nuestros filósofos sería un grave problema si un partido como Podemos un día gobernara, aunque Robles cree que entonces verían que la política real no es eso. Sufrirían una transformación como «Syriza» en Grecia, creen nuestros filósofos.
Descargue el archivo desde Google Drive.
* Grabado el 27 de septiembre de 2017.
miércoles, 28 de junio de 2017
Radio Materialista – Episodio 48 (Especial sobre Cataluña y el derecho a decidir).
Nuevo episodio de Radio Materialista sobre Cataluña y el llamado derecho a decidir. Participan Pedro Insua y Héctor Ortega.
Héctor sostiene que, más allá de los formalismos jurídicos, el hecho hace el derecho. Si los sectores independentistas de Cataluña tuvieran un día la suficiente potencia para romper la Nación española, o España no pudiera frenar su propio proceso interno de corrupción y descomposición, podría pensarse en una modificación constitucional de las leyes para desprenderse de Cataluña. Al final el hecho hace el derecho. Ninguna Nación es eterna. Pedro corrobora esta afirmación y señala tres posibles vías: la descomposición por fragmentación, la degeneración por corrupción y la invasión (incorporación a otra soberanía). Pero Pedro además se pregunta si Cataluña tiene derecho a la autodeterminación, «un concepto metafísico porque implica la causa sui», apostilla Pedro. Héctor le replica que «España entonces tampoco puede autodeterminarse». Pedro insiste en que la soberanía tiene sentido: «es hacer las leyes, hacer cumplirlas y castigar al que no las cumpla», asegura. Héctor entiende esto como formalismo jurídico.
A continuación, Héctor y Pedro discuten sobre lo que significa la soberanía y la globalización en el siglo XXI. Para Héctor la soberanía es «potencia política». Claro, no es lo mismo la potencia política (o soberanía) de todos los Estados. Pedro opina que para medir esa potencia hay que partir de un criterio: «¿cuál es el sujeto de medida?». Pedro dice que el campo político de la soberanía está bien definido. Incluso la subordinación a una Nación más poderosa como EEUU supone un poder: el poder de elección. Héctor replica que tiene menos potencia política, menos soberanía, quien tiene en su país varias bases militares de una potencia extranjera, que el país que controla esas bases militares. Incluso Héctor duda de la capacidad de maniobra política del estado débil en relación al fuerte. Pedro insiste en que la subordinación no implica la desaparición de la soberanía. Además, se pregunta si los Estados ya no son sujetos políticos, ¿desde qué plataforma política hablamos? Héctor insiste en que esto ha cambiado completamente desde la caída de la URSS y ya no podemos entender la soberanía en los términos clásicos.
De vuelta al caso concreto de Cataluña, Pedro ahora se pregunta quién establece el censo para el plebiscito de Cataluña y pasa a exponer los problemas que generaría la elaboración de dicho censo. Héctor opina que si por prudencia política el Estado tuviera que recurrir al plebiscito para resolver este problema, se encontrarían fórmulas para pactar quién puede votar. Héctor cree que estamos en una especie de «retroalimentación de unos negando y vendiendo el Estado, y los otros diciendo que para que lo vendáis vosotros cojo mi parte y lo vendo yo». Héctor afirma que la independencia de Cataluña no es viable y no se llevará a cabo aunque el Estado ratificara el derecho a decidir. Pedro replica que si se concede el plebiscito, se ha perdido la soberanía sobre ese territorio. También se pregunta de dónde sale ese derecho de Cataluña. Héctor insiste en que si las circunstancias obligaran, el derecho saldría de la necesidad. Pedro insiste en que es absurdo otorgarles un derecho que les da una soberanía que es la que se decide cabalmente en el plebiscito. No hay acuerdo tampoco en este asunto.
Algunos independentistas plantean la disolución de los Estados-nación en la llamada «Europa de los pueblos». Pedro insiste en que ellos no quieren eso sino un Estado dentro de Europa («la Europa de los Estados»). Para nuestro tertuliano ahí tenemos otra prueba de que el Estado-nación sigue mostrando músculo. Héctor cree que ese planteamiento clásico, el de la Europa de los pueblos, que tuvo lugar en los últimos decenios del pasado siglo, ya ha quedado superado. «El problema es Berlín», son las palabras del líder nacionalista Beiras que recuerda Héctor, que ve las alianzas a otras escalas, incluida la de Iberoamérica.
Descargue el archivo desde Google Drive.
*Grabado el martes 27 de junio de 2017.
jueves, 18 de mayo de 2017
Radio Materialista - Episodio 47 (Presentación del libro «Los ingenieros de Franco»).
Nuevo episodio de Radio Materialista. En este episodio les ofrecemos la presentación del libro «Los ingenieros de Franco» de Lino Camprubí. Esta presentación tuvo lugar el miércoles 17 de mayo de 2017 en la «Casa de la Ciencia» de Sevilla. Intervinieron Lino Camprubí y Antonio Miguel Bernal. Moderó Juan Luis Pavón.
Debido a ciertos problemas técnicos los primeros minutos del coloquio no se escuchan con la calidad deseada, aunque -y esto es lo principal- las voces son inteligibles. No obstante, la calidad del sonido mejora bastante a partir del minuto 21:22 que es cuando empezamos a utilizar la grabadora semiprofesional. Disculpen los imponderables.
Empieza la presentación del libro el historiador económico Antonio Miguel Bernal. Cuando Lino se puso en contacto con él, Antonio no conocía a Lino pero le entusiasmó mucho su currículum. Así que accedió a leer su libro y quedó gratamente sorprendido por la rigurosidad que atesoraban sus páginas. Antonio destaca la originalidad de esta obra al poner en relación el sostenimiento o eutaxia del Estado franquista con la investigación científica y tecnológica. El historiador se deshace en elogios: «Hasta ahora nunca había visto un enfoque tan original y estimulante sobre esta cuestión».
Antonio Miguel Bernal, en un ejercicio de honestidad intelectual, realiza un riguroso repaso del libro de Lino Camprubí capítulo por capítulo, sin dejarse ni una cuestión importante atrás. Lino más tarde en su intervención manifestó su gratitud por la lectura tan atenta que había realizado el ilustre profesor de historia. «El primer capítulo del libro es realmente excepcional», pondera Antonio Miguel. «El segundo capítulo es soberbio, magnífico», continúa el profesor en su loa del libro. «En suma, un libro que no va a pasar ni mucho menos desapercibido», finaliza Antonio Miguel.
Tras la intervención de Lino sobre el comentario inicial de Antonio Miguel Bernal, empieza el turno de preguntas del público.
Descargue el episodio desde Google Drive.
*Grabado el 17/05/2017
Debido a ciertos problemas técnicos los primeros minutos del coloquio no se escuchan con la calidad deseada, aunque -y esto es lo principal- las voces son inteligibles. No obstante, la calidad del sonido mejora bastante a partir del minuto 21:22 que es cuando empezamos a utilizar la grabadora semiprofesional. Disculpen los imponderables.
Empieza la presentación del libro el historiador económico Antonio Miguel Bernal. Cuando Lino se puso en contacto con él, Antonio no conocía a Lino pero le entusiasmó mucho su currículum. Así que accedió a leer su libro y quedó gratamente sorprendido por la rigurosidad que atesoraban sus páginas. Antonio destaca la originalidad de esta obra al poner en relación el sostenimiento o eutaxia del Estado franquista con la investigación científica y tecnológica. El historiador se deshace en elogios: «Hasta ahora nunca había visto un enfoque tan original y estimulante sobre esta cuestión».
Antonio Miguel Bernal, en un ejercicio de honestidad intelectual, realiza un riguroso repaso del libro de Lino Camprubí capítulo por capítulo, sin dejarse ni una cuestión importante atrás. Lino más tarde en su intervención manifestó su gratitud por la lectura tan atenta que había realizado el ilustre profesor de historia. «El primer capítulo del libro es realmente excepcional», pondera Antonio Miguel. «El segundo capítulo es soberbio, magnífico», continúa el profesor en su loa del libro. «En suma, un libro que no va a pasar ni mucho menos desapercibido», finaliza Antonio Miguel.
Tras la intervención de Lino sobre el comentario inicial de Antonio Miguel Bernal, empieza el turno de preguntas del público.
Descargue el episodio desde Google Drive.
*Grabado el 17/05/2017
lunes, 20 de febrero de 2017
Radio Materialista - Episodio 46 (Ciencias y pseudociencias) Parte II.
Segunda parte del episodio de Radio Materialista sobre las ciencias y las pseudociencias. Estas últimas, al ser un «formato clase negativo», presentan ciertos problemas para operar con una definición solvente. Además, al depender del criterio de determinación y, por lo tanto, no ser una cuestión que se deba abordar exclusivamente desde las ciencias, debemos acudir a la gnoseología. Pero, para complicar aún más la situación, hay diversas gnoseologías que, además, están enfrentadas entre sí. Hoy para abordar este prolijo tema me acompañan tres filósofos muy competentes del Materialismo Filosófico: David Alvargonzález, Íñigo Ongay de Felipe y Miguel Ángel Navarro Crego.
David Alvargonzález recuerda que de las cuatro acepciones del término «ciencia», sólo una es la que nos interesa para abordar el problema de las pseudociencias: la ciencia categorial estricta, la ciencia positiva. David señala que estas ciencias -mejor en plural- se caracterizan porque tienen un conjunto de teoremas apodícticos a su vez coordinados por unos principios. Este sistema de principios y teoremas conforman la ciencia actual. Las pseudociencias entonces se presentarían como ciencias, en el sentido señalado, pero sin serlo. Serían entonces «falsas ciencias». Pero David distingue entre pseudociencias y paraciencias, que no serían «sensu stricto» pseudociencias.
Íñigo Ongay sostiene que la distinción entre ciencia y pseudociencia remite a uno de los problemas clásicos de la gnoseología: «el criterio de demarcación». Y aquí radica el problema principal. ¿Cómo lo establecemos? Íñigo analiza los criterios gnoseológicos de Mario Bunge y cree que carecen del rigor necesario. Íñigo también afirma, en la línea de Alvargonzález, que aplicando la Teoría del Cierre Categorial (TCC) lo que distinguiría una ciencia de una pseudociencia es «la segregación en las ciencias positivas de teoremas que son apodícticos».
Miguel Ángel Navarro destaca que la idea de ciencia no es lisológica, vista desde el pluralismo ontológico y gnoseológico discontinuista del Materialismo Filosófico (MF). Después distingue entre modulaciones «alfa-operatorias» y «beta-operatorias», así como entre los tres géneros de materialidad que no agotan la materia en la corporeidad, en el fisicalismo, para explicar que no es posible tener un solo concepto de ciencia. Y, claro está, esto afectaría también al concepto de pseudociencia. Miguel Ángel también cree importante la distinción de esos saberes que sin tener una estructura cerrada se presentan como ciencias (fundamentalismo científico).
Dentro de cada campo categorial científico se pueden instalar ciertos saberes paracientíficos o al menos ciertas teorías no probadas. Mario Bunge afirma que la «teoría de las supercuerdas» tiene todas las características de una pseudociencia. Desde el MF algunos filósofos como Javier Pérez Jara han determinado que teorías como la del «Big Bang» son metafísicas. Sin embargo, están instaladas -por así decir- dentro de algunos campos categoriales como la Física. Preguntamos a nuestros invitados si sería adecuado relacionar estas teorías con las pseudociencias.
Nuestros tertulianos creen que en todo caso serían teorías no probadas, conjeturas, hipótesis. En algunos casos serían teorías paracientíficas, a la espera de una verificación. En otros casos serían fraudes -pseudociencias en todo caso- si la intención es embaucar.
Hay una ufología que pretende ser científica para paliar en parte el desprestigio que se ha ganado esta pseudociencia. Algunos ufólogos como los de la agrupación «Aerial Phenomenon Investigations», que está dirigida por Antonio París, ex oficial de contrainteligencia del Ejército de EE.UU. y del Departamento de Defensa, están tratando de otorgarle un estatus científico a la ufología. Y es que esta agrupación no duda en contratar a personal cualificado para las investigaciones como «ex pilotos de la Fuerza Aérea, ingenieros de la NASA, periodistas, ex oficiales de inteligencia militar, maestros, fotógrafos profesionales, y un psicólogo». Cabría preguntarnos si estos intentos de -por así decir- buscar un estatus científico para algunas pseudociencias como la ufología, librarían a estos saberes o pseudosaberes de la etiqueta de pseudociencias.
Para Alvargonzález la cuestión de si algo es científico o no, tiene mucho que ver con el método científico. Pero tampoco se puede confiar todo al método. Así lo explica David: «El mero hecho que se utilicen métodos estadísticos, métodos cualitativos, métodos empíricos o que se utilicen matemáticas; esos son rasgos que tienen algunas ciencias en mayor o menor medida pero no sirven para distinguir lo que son ciencias de lo que no lo son». En el caso concreto de la ufología, nuestros invitados creen que no sería una ciencia porque aún no tiene un campo propio. Sería en todo caso, como sucede con la astrobiología, «una ciencia que se pretende», pero que carece de campo al no haberse encontrado evidencias de aeronaves de procedencia extraterrestre. Íñigo cree que sucede algo parecido a lo que pasa con la «teología natural» considerada como ciencia. La primera pregunta de la teología natural sería: «An sit Deus». En el caso de la ufología está por ver que existan los extraterrestres y que puedan visitarnos. Miguel Ángel incide en que no se puede clasificar una ciencia sólo por el método, y mucho menos distinguirla de una pseudociencia de esa manera.
Íñigo también realiza una critica al escepticismo. Y es que si se puede realizar una crítica a las pseudociencias será desde las propias categorías científicas, nunca desde el escepticismo. Miguel Ángel advierte que el escepticismo puede conducirnos a un relativimo cultural de tipo anarquista (Feyerabend). Íñigo además apostilla que no se puede ser crítico con las pseudociencias sin ser en cierto modo dogmático «porque los propios criterios de clasificación tienen que estar fundados en algo, fundamentalmente en los resultados de las ciencias del presente», sostiene Íñigo.
Finalmente, nuestros invitados analizan la llamada «ciencia del cambio climático». Muchos científicos y «escépticos» consideran que los «negacionistas» del cambio climático (antrópico) están ubicados en las pseudociencias porque supuestamente estarían negando multitud de pruebas pretendidamente científicas. Sin embargo, nuestros invitados discrepan. David hace un análisis gnoseológico y discute el estatus científico de la climatología porque las causas que influyen sobre el clima no se pueden controlar, ni siquiera se conocen en su integridad, y parte de ellas son de origen extraterrestre. Íñigo y Miguel Ángel continúan en la línea de Alvargonzález y además ven «luchas ideológicas» en este asunto. Íñigo añade que «si el clima es un sistema de caos determinista regulado por ecuaciones caóticas, entonces es que es por principio absolutamente imposible de predecir». Por esta razón, Íñigo afirma que tampoco se podría ser escéptico en este punto.
Descargue el programa desde Google Drive.
*Grabado el 19 de febrero de 2017.
David Alvargonzález recuerda que de las cuatro acepciones del término «ciencia», sólo una es la que nos interesa para abordar el problema de las pseudociencias: la ciencia categorial estricta, la ciencia positiva. David señala que estas ciencias -mejor en plural- se caracterizan porque tienen un conjunto de teoremas apodícticos a su vez coordinados por unos principios. Este sistema de principios y teoremas conforman la ciencia actual. Las pseudociencias entonces se presentarían como ciencias, en el sentido señalado, pero sin serlo. Serían entonces «falsas ciencias». Pero David distingue entre pseudociencias y paraciencias, que no serían «sensu stricto» pseudociencias.
Íñigo Ongay sostiene que la distinción entre ciencia y pseudociencia remite a uno de los problemas clásicos de la gnoseología: «el criterio de demarcación». Y aquí radica el problema principal. ¿Cómo lo establecemos? Íñigo analiza los criterios gnoseológicos de Mario Bunge y cree que carecen del rigor necesario. Íñigo también afirma, en la línea de Alvargonzález, que aplicando la Teoría del Cierre Categorial (TCC) lo que distinguiría una ciencia de una pseudociencia es «la segregación en las ciencias positivas de teoremas que son apodícticos».
Miguel Ángel Navarro destaca que la idea de ciencia no es lisológica, vista desde el pluralismo ontológico y gnoseológico discontinuista del Materialismo Filosófico (MF). Después distingue entre modulaciones «alfa-operatorias» y «beta-operatorias», así como entre los tres géneros de materialidad que no agotan la materia en la corporeidad, en el fisicalismo, para explicar que no es posible tener un solo concepto de ciencia. Y, claro está, esto afectaría también al concepto de pseudociencia. Miguel Ángel también cree importante la distinción de esos saberes que sin tener una estructura cerrada se presentan como ciencias (fundamentalismo científico).
Dentro de cada campo categorial científico se pueden instalar ciertos saberes paracientíficos o al menos ciertas teorías no probadas. Mario Bunge afirma que la «teoría de las supercuerdas» tiene todas las características de una pseudociencia. Desde el MF algunos filósofos como Javier Pérez Jara han determinado que teorías como la del «Big Bang» son metafísicas. Sin embargo, están instaladas -por así decir- dentro de algunos campos categoriales como la Física. Preguntamos a nuestros invitados si sería adecuado relacionar estas teorías con las pseudociencias.
Nuestros tertulianos creen que en todo caso serían teorías no probadas, conjeturas, hipótesis. En algunos casos serían teorías paracientíficas, a la espera de una verificación. En otros casos serían fraudes -pseudociencias en todo caso- si la intención es embaucar.
Hay una ufología que pretende ser científica para paliar en parte el desprestigio que se ha ganado esta pseudociencia. Algunos ufólogos como los de la agrupación «Aerial Phenomenon Investigations», que está dirigida por Antonio París, ex oficial de contrainteligencia del Ejército de EE.UU. y del Departamento de Defensa, están tratando de otorgarle un estatus científico a la ufología. Y es que esta agrupación no duda en contratar a personal cualificado para las investigaciones como «ex pilotos de la Fuerza Aérea, ingenieros de la NASA, periodistas, ex oficiales de inteligencia militar, maestros, fotógrafos profesionales, y un psicólogo». Cabría preguntarnos si estos intentos de -por así decir- buscar un estatus científico para algunas pseudociencias como la ufología, librarían a estos saberes o pseudosaberes de la etiqueta de pseudociencias.
Para Alvargonzález la cuestión de si algo es científico o no, tiene mucho que ver con el método científico. Pero tampoco se puede confiar todo al método. Así lo explica David: «El mero hecho que se utilicen métodos estadísticos, métodos cualitativos, métodos empíricos o que se utilicen matemáticas; esos son rasgos que tienen algunas ciencias en mayor o menor medida pero no sirven para distinguir lo que son ciencias de lo que no lo son». En el caso concreto de la ufología, nuestros invitados creen que no sería una ciencia porque aún no tiene un campo propio. Sería en todo caso, como sucede con la astrobiología, «una ciencia que se pretende», pero que carece de campo al no haberse encontrado evidencias de aeronaves de procedencia extraterrestre. Íñigo cree que sucede algo parecido a lo que pasa con la «teología natural» considerada como ciencia. La primera pregunta de la teología natural sería: «An sit Deus». En el caso de la ufología está por ver que existan los extraterrestres y que puedan visitarnos. Miguel Ángel incide en que no se puede clasificar una ciencia sólo por el método, y mucho menos distinguirla de una pseudociencia de esa manera.
Íñigo también realiza una critica al escepticismo. Y es que si se puede realizar una crítica a las pseudociencias será desde las propias categorías científicas, nunca desde el escepticismo. Miguel Ángel advierte que el escepticismo puede conducirnos a un relativimo cultural de tipo anarquista (Feyerabend). Íñigo además apostilla que no se puede ser crítico con las pseudociencias sin ser en cierto modo dogmático «porque los propios criterios de clasificación tienen que estar fundados en algo, fundamentalmente en los resultados de las ciencias del presente», sostiene Íñigo.
Finalmente, nuestros invitados analizan la llamada «ciencia del cambio climático». Muchos científicos y «escépticos» consideran que los «negacionistas» del cambio climático (antrópico) están ubicados en las pseudociencias porque supuestamente estarían negando multitud de pruebas pretendidamente científicas. Sin embargo, nuestros invitados discrepan. David hace un análisis gnoseológico y discute el estatus científico de la climatología porque las causas que influyen sobre el clima no se pueden controlar, ni siquiera se conocen en su integridad, y parte de ellas son de origen extraterrestre. Íñigo y Miguel Ángel continúan en la línea de Alvargonzález y además ven «luchas ideológicas» en este asunto. Íñigo añade que «si el clima es un sistema de caos determinista regulado por ecuaciones caóticas, entonces es que es por principio absolutamente imposible de predecir». Por esta razón, Íñigo afirma que tampoco se podría ser escéptico en este punto.
Descargue el programa desde Google Drive.
*Grabado el 19 de febrero de 2017.
domingo, 19 de febrero de 2017
Radio Materialista - Episodio 46 (Ciencias y pseudociencias) Parte I.
Nuevo episodio de Radio Materialista dedicado al análisis de las pseudociencias y su relación con las ciencias. Dividimos el programa en dos partes. Una primera donde le realizamos una entrevista al periodista Luis Alfonso Gámez, que lleva muchos años de dedicación al análisis crítico de los fenómenos paranormales y al fomento del escepticismo. En la segunda parte analizaremos las implicaciones filosóficas de este asunto con nuestros filósofos del Materialismo Filosófico.
Luis Alfonso Gámez define pseudociencia como «toda aquella "práctica" relativamente neutra que intenta hacerse pasar por ciencia pero que en realidad es sólo ciencia de disfraz, no tiene objeto de estudio definido, los datos no son recogidos objetivamente, se basa en opiniones, no hay repetibilidad y no hay una crítica digamos estandarizada como en el caso de la ciencia».
Luis Alfonso afirma que las pseudociencias más extendidas en la actualidad son las relacionadas con la salud. Nuestro invitado advierte del peligro al que nos exponemos cuando confiamos en dietas sin una base científica y nos tratamos enfermedades graves con terapias «alternativas» de dudosa o nula eficacia.
Nuestro invitado también destaca los estudios de la CIA y el Pentágono sobre los ovnis. Pero esos estudios iban encaminados a descubrir nuevos prototipos militares de la aeronáutica soviética. El objetivo de esas investigaciones era mucho más terrenal de lo que los ufólogos pensaban. Después investigaron si existían individuos con poderes paranormales -recordamos el caso de Uri Geller- que EEUU pudiera utilizar para ver lo que ocurre en una base militar enemiga a miles de kilómetros. Todos estos experimentos fueron un fracaso según Luis Alfonso.
La ufología es tal vez la especialidad que nuestro invitado ha estudiado más a fondo. Luis Alfonso afirma que no hay una prueba categórica y contundente que apunte a un origen extraterrestre de los ovnis. Los ejércitos analizan con rigor estos fenómenos porque la intromisión de un tráfico aéreo desconocido en un territorio siempre es percibida como una amenaza para la seguridad. Los ejércitos no pueden permitir que el enemigo sobrevuele con impunidad su espacio aéreo. También los ovnis se han usado para ocultar cierta actividad militar de carácter secreto o reservado.
Luis Alfonso también habla de los problemas racionales para sostener la astrología. Nos cuenta el caso del planeta enano Plutón. Este cuerpo celeste fue descubierto por el astrónomo Clyde William Tombaugh en 1930. Hasta entonces no se conocía. Pero los astrólogos nunca fueron capaces de detectar la «anomalía» generada por este entonces desconocido planeta en las cartas astrales. A partir de entonces lo tienen en cuenta. Por esta razón nuestro invitado sentencia que «lo que de verdad pasa en el cielo a la astrología le importa una higa».
No faltan quienes afirman que las pseudociencias tienen que ser subvencionadas si así lo demandan democráticamente muchos ciudadanos. Luis Alfonso cree que no todo se puede hacer en nombre de la democracia. Nos pone el ejemplo de la «Ley de la gravitación universal». Sería absurdo someter a referéndum la validez de esta ley. En cualquier caso, Luis Alfonso no se opone a que se destinen recursos públicos para investigar cuando haya una duda científicamente razonable.
A continuación nuestro invitado trata sobre lo que él ha denominado el «pánico electromagnético». En nuestra sociedad actual hay muchos dispositivos inalámbricos (teléfonos móviles, routers, antenas de telecomunicaciones, &c.). Cada uno de estos dispositivos es una fuente de radiación electromagnética. Hay quienes afirman que esas radiaciones son nocivas para la salud. Sin embargo, Luis Alfonso sostiene que en la actualidad no hay ni un solo informe científico serio que avale esa hipótesis. Nuestro invitado pone el ejemplo del incremento exponencial de teléfonos móviles -hay más móviles que habitantes en el mundo- que no guarda correlación con el incremento de tumores cerebrales.
También le preguntamos a Luis Alfonso si habría que prohibir las pseudociencias que ponen en peligro la salud de los ciudadanos. Nuestro invitado cree que las autoridades sanitarias tendrían que hacer su trabajo. Pero Gámez pone todo el énfasis en la educación del ciudadano para que sepa que cuando toma un medicamento homeopático, realmente lo que funciona es el «efecto placebo».
A continuación, Luis Alfonso analiza las polémicas y discrepancias en el seno del movimiento escéptico. Nuestro invitado cree que en realidad lo que hay es una polémica entre los escépticos y los creyentes en estos fenómenos que se «disfrazan» de escépticos.
Finalmente, Luis Alfonso aborda el problema de las pseudociencias y las ideologías. Nuestro invitado sostiene que es algo «transversal» a las corrientes ideológicas. También destaca que los partidos políticos a veces se ven obligados a respaldar determinadas creencias pseudocientíficas porque necesitan el voto de los sectores de la población que las apoyan.
Descargue el programa desde Google Drive.
*Grabado el 19 de febrero de 2017.
Luis Alfonso Gámez define pseudociencia como «toda aquella "práctica" relativamente neutra que intenta hacerse pasar por ciencia pero que en realidad es sólo ciencia de disfraz, no tiene objeto de estudio definido, los datos no son recogidos objetivamente, se basa en opiniones, no hay repetibilidad y no hay una crítica digamos estandarizada como en el caso de la ciencia».
Luis Alfonso afirma que las pseudociencias más extendidas en la actualidad son las relacionadas con la salud. Nuestro invitado advierte del peligro al que nos exponemos cuando confiamos en dietas sin una base científica y nos tratamos enfermedades graves con terapias «alternativas» de dudosa o nula eficacia.
Nuestro invitado también destaca los estudios de la CIA y el Pentágono sobre los ovnis. Pero esos estudios iban encaminados a descubrir nuevos prototipos militares de la aeronáutica soviética. El objetivo de esas investigaciones era mucho más terrenal de lo que los ufólogos pensaban. Después investigaron si existían individuos con poderes paranormales -recordamos el caso de Uri Geller- que EEUU pudiera utilizar para ver lo que ocurre en una base militar enemiga a miles de kilómetros. Todos estos experimentos fueron un fracaso según Luis Alfonso.
La ufología es tal vez la especialidad que nuestro invitado ha estudiado más a fondo. Luis Alfonso afirma que no hay una prueba categórica y contundente que apunte a un origen extraterrestre de los ovnis. Los ejércitos analizan con rigor estos fenómenos porque la intromisión de un tráfico aéreo desconocido en un territorio siempre es percibida como una amenaza para la seguridad. Los ejércitos no pueden permitir que el enemigo sobrevuele con impunidad su espacio aéreo. También los ovnis se han usado para ocultar cierta actividad militar de carácter secreto o reservado.
Luis Alfonso también habla de los problemas racionales para sostener la astrología. Nos cuenta el caso del planeta enano Plutón. Este cuerpo celeste fue descubierto por el astrónomo Clyde William Tombaugh en 1930. Hasta entonces no se conocía. Pero los astrólogos nunca fueron capaces de detectar la «anomalía» generada por este entonces desconocido planeta en las cartas astrales. A partir de entonces lo tienen en cuenta. Por esta razón nuestro invitado sentencia que «lo que de verdad pasa en el cielo a la astrología le importa una higa».
No faltan quienes afirman que las pseudociencias tienen que ser subvencionadas si así lo demandan democráticamente muchos ciudadanos. Luis Alfonso cree que no todo se puede hacer en nombre de la democracia. Nos pone el ejemplo de la «Ley de la gravitación universal». Sería absurdo someter a referéndum la validez de esta ley. En cualquier caso, Luis Alfonso no se opone a que se destinen recursos públicos para investigar cuando haya una duda científicamente razonable.
A continuación nuestro invitado trata sobre lo que él ha denominado el «pánico electromagnético». En nuestra sociedad actual hay muchos dispositivos inalámbricos (teléfonos móviles, routers, antenas de telecomunicaciones, &c.). Cada uno de estos dispositivos es una fuente de radiación electromagnética. Hay quienes afirman que esas radiaciones son nocivas para la salud. Sin embargo, Luis Alfonso sostiene que en la actualidad no hay ni un solo informe científico serio que avale esa hipótesis. Nuestro invitado pone el ejemplo del incremento exponencial de teléfonos móviles -hay más móviles que habitantes en el mundo- que no guarda correlación con el incremento de tumores cerebrales.
También le preguntamos a Luis Alfonso si habría que prohibir las pseudociencias que ponen en peligro la salud de los ciudadanos. Nuestro invitado cree que las autoridades sanitarias tendrían que hacer su trabajo. Pero Gámez pone todo el énfasis en la educación del ciudadano para que sepa que cuando toma un medicamento homeopático, realmente lo que funciona es el «efecto placebo».
A continuación, Luis Alfonso analiza las polémicas y discrepancias en el seno del movimiento escéptico. Nuestro invitado cree que en realidad lo que hay es una polémica entre los escépticos y los creyentes en estos fenómenos que se «disfrazan» de escépticos.
Finalmente, Luis Alfonso aborda el problema de las pseudociencias y las ideologías. Nuestro invitado sostiene que es algo «transversal» a las corrientes ideológicas. También destaca que los partidos políticos a veces se ven obligados a respaldar determinadas creencias pseudocientíficas porque necesitan el voto de los sectores de la población que las apoyan.
Descargue el programa desde Google Drive.
*Grabado el 19 de febrero de 2017.
martes, 7 de febrero de 2017
Radio Materialista - Episodio 45 (Especial sobre Donald Trump).
La elección de Donald Trump ha sido un acontecimento político de primera magnitud que está provocando muchas situaciones políticas no exentas de polémica. El problema a la hora de abordar un análisis sobre lo que podíamos denominar el «fenómeno Trump» es que no tenemos suficiente perspectiva histórica sobre su mandato, aunque sí tenemos, como ha resaltado Miguel Ángel Navarro, perspectiva ideológica. Esto nos puede ayudar. Partiendo de la máxima que todo acontecimiento del presente en marcha está determinado en «symploké» por ciertos acontecimientos del pretérito, nuestros invitados tratan de desenmarañar esta caótica telaraña de ideologías y fenómenos políticos que han alumbrado el «fenómeno Trump». Para esta labor nos han acompañado Miguel Ángel Navarro, Enrique Broncepulido, Lino Camprubí y Jesús Gil Fuensanta.
Miguel Ángel desarrolla una interesante explicación del auge de Trump como «outsider». Para Broncepulido el éxito del populismo de Trump obedece a la educación del ciudadano que se ha vuelto indolente y perezoso, y cree que todo se puede alcanzar sin esfuerzo. Lino afirma que el fenómeno Trump no es tan atípico si lo conectamos con el Brexit, Le Pen en Francia, &c. Trump sería una reacción a la globalización que no es otra cosa que el orden económico impuesto por EEUU tras la Segunda Guerra Mundial. Jesús destaca que Trump es «un sucedáneo de George W. Bush». No cree tampoco que Trump sea un síntoma del agotamiento del imperio estadounidense.
Nuestros invitados también analizan el papel de Rusia en la elección de Trump. Las opiniones se mueven desde la fuerte injerencia de Putin en la campaña como sostiene Broncepulido, que tacha a Trump de «tonto útil» de Rusia, hasta la opinión reservada de Lino que no se atreve sin pruebas a medir el papel medrador de Rusia en las elecciones. Jesús opina que el acercamiento de EEUU a Rusia tal vez no tenga como objetivo el debilitamiento de China, sino la caída de la UE.
Los invitados también abordan el llamado «veto migratorio». EEUU por su constitución es étnicamente plural, así que a priori no tendría mucho sentido apelar a políticas discriminatorias. Miguel Ángel destaca que la discriminación de ciertos sectores va en contra de la textura de la propia sociedad norteamericana. También se pregunta cómo van a afectar a la Hispanidad las medidas de Trump. Enrique continúa el argumento de Miguel Ángel y recuerda que EEUU no es un país cristiano en su constitución. Fue a mediados del pasado siglo cuando se abrazó al cristianismo por razones geopolíticas. Lino no cree que el veto migratorio sea contra la inmigración en general sino contra los musulmanes en particular. También sentencia que el «veto migratorio es un desastre» porque contra el Islam «se lucha con las armas del racionalismo» y no de la manera que lo está planteando Trump. Jesús sostiene que las excentricidades de Trump, como el denominado «veto migratorio», pueden conducir al presidente a un procedimiento de «impeachment» y cree que podría producirse dentro de dos años cuando el sector crítico del Partido Republicano, alarmado por la bajada en las encuestas, se alíe a los Demócratas para derrocar a Trump.
Nuestros invitados abordan el problema en Oriente Medio y el papel de EEUU en la era Trump. ¿Le conviene a EEUU la fragmentación de la zona? No parece, a priori, que a EEUU le interese la fragmentación. Muchos recursos energéticos provienen de esa zona y si hay mucha inestabilidad podrían verse bloqueados. Jesús además cree que Trump es posible que «le dé carta blanca a Rusia» para controlar Siria.
Finalmente, nuestros invitados abordan la política de proteccionismo que pretende implantar Trump. Miguel Ángel distingue entre tipos de globalización. Y es que no existe la globalización como término sustancialista y unívoco. Esta sería la globalización expandida por EEUU resultante de la Segunda Guerra Mundial que es ahora la que estaría en entredicho. «Los aranceles lo único que van a hacer es perjudicar a todo el mundo, incluido EEUU», sentencia también Enrique. En cambio, Lino discrepa de esta opinión. En principio el proteccionismo habría que ver cómo se lleva a cabo para ver sus efectos. Lino recuerda el proteccionismo extremo de la Inglaterra de la Revolución Industrial con indudables beneficios. Jesús le da la vuelta al argumento y cree que vamos camino de una gran recesión con las políticas arancelarias de Trump. Incluso viendo la propia biografía de Trump y la trayectoria de sus empresas, Jesús se teme lo peor.
Descargue el episodio desde Google Drive.
* Grabado el 6 de febrero de 2017.
Miguel Ángel desarrolla una interesante explicación del auge de Trump como «outsider». Para Broncepulido el éxito del populismo de Trump obedece a la educación del ciudadano que se ha vuelto indolente y perezoso, y cree que todo se puede alcanzar sin esfuerzo. Lino afirma que el fenómeno Trump no es tan atípico si lo conectamos con el Brexit, Le Pen en Francia, &c. Trump sería una reacción a la globalización que no es otra cosa que el orden económico impuesto por EEUU tras la Segunda Guerra Mundial. Jesús destaca que Trump es «un sucedáneo de George W. Bush». No cree tampoco que Trump sea un síntoma del agotamiento del imperio estadounidense.
Nuestros invitados también analizan el papel de Rusia en la elección de Trump. Las opiniones se mueven desde la fuerte injerencia de Putin en la campaña como sostiene Broncepulido, que tacha a Trump de «tonto útil» de Rusia, hasta la opinión reservada de Lino que no se atreve sin pruebas a medir el papel medrador de Rusia en las elecciones. Jesús opina que el acercamiento de EEUU a Rusia tal vez no tenga como objetivo el debilitamiento de China, sino la caída de la UE.
Los invitados también abordan el llamado «veto migratorio». EEUU por su constitución es étnicamente plural, así que a priori no tendría mucho sentido apelar a políticas discriminatorias. Miguel Ángel destaca que la discriminación de ciertos sectores va en contra de la textura de la propia sociedad norteamericana. También se pregunta cómo van a afectar a la Hispanidad las medidas de Trump. Enrique continúa el argumento de Miguel Ángel y recuerda que EEUU no es un país cristiano en su constitución. Fue a mediados del pasado siglo cuando se abrazó al cristianismo por razones geopolíticas. Lino no cree que el veto migratorio sea contra la inmigración en general sino contra los musulmanes en particular. También sentencia que el «veto migratorio es un desastre» porque contra el Islam «se lucha con las armas del racionalismo» y no de la manera que lo está planteando Trump. Jesús sostiene que las excentricidades de Trump, como el denominado «veto migratorio», pueden conducir al presidente a un procedimiento de «impeachment» y cree que podría producirse dentro de dos años cuando el sector crítico del Partido Republicano, alarmado por la bajada en las encuestas, se alíe a los Demócratas para derrocar a Trump.
Nuestros invitados abordan el problema en Oriente Medio y el papel de EEUU en la era Trump. ¿Le conviene a EEUU la fragmentación de la zona? No parece, a priori, que a EEUU le interese la fragmentación. Muchos recursos energéticos provienen de esa zona y si hay mucha inestabilidad podrían verse bloqueados. Jesús además cree que Trump es posible que «le dé carta blanca a Rusia» para controlar Siria.
Finalmente, nuestros invitados abordan la política de proteccionismo que pretende implantar Trump. Miguel Ángel distingue entre tipos de globalización. Y es que no existe la globalización como término sustancialista y unívoco. Esta sería la globalización expandida por EEUU resultante de la Segunda Guerra Mundial que es ahora la que estaría en entredicho. «Los aranceles lo único que van a hacer es perjudicar a todo el mundo, incluido EEUU», sentencia también Enrique. En cambio, Lino discrepa de esta opinión. En principio el proteccionismo habría que ver cómo se lleva a cabo para ver sus efectos. Lino recuerda el proteccionismo extremo de la Inglaterra de la Revolución Industrial con indudables beneficios. Jesús le da la vuelta al argumento y cree que vamos camino de una gran recesión con las políticas arancelarias de Trump. Incluso viendo la propia biografía de Trump y la trayectoria de sus empresas, Jesús se teme lo peor.
Descargue el episodio desde Google Drive.
* Grabado el 6 de febrero de 2017.
lunes, 23 de enero de 2017
Radio Materialista - Episodio 44 (Guerra y Paz en El Quijote)
Nuevo episodio de Radio Materialista dedicado al libro 'Guerra y paz en El Quijote' de nuestro filósofo Pedro Insua. Nos acompañan el autor del libro y el autor del prólogo, Jesús G. Maestro.
¿Por qué es necesaria la Filosofía, más bien el plano filosófico, para abordar un análisis profundo de la obra de Cervantes? Sin negar en ningún momento la aportación de ciertas categorías muy necesarias para analizar una obra, la composición en cualquier caso ha de elaborarse desde la Filosofía, desde un sistema de pensamiento. Pedro afirma que nada se compone sólo de palabras. La Teoría del Cierre Categorial (TCC) de Gustavo Bueno apunta a los referenciales que van más allá del relato. Jesús G. Maestro abunda en las palabras de Pedro y sostiene que el problema se agrava porque la Filología se ha construido en muchos casos sobre el idealismo más ramplón.
A continuación nuestros invitados analizan el problema de la locura de Don Quijote. Jesús G. Maestro no quiere plantear la locura desde el campo categorial de la Psiquiatría. Jesús más bien habla de la idea de locura y así logra ubicarse en el plano filosófico. El idealismo alemán interpreta la locura como una forma superior de racionalismo que nos liberaría del corsé de lo establecido. Jesús ataca frontalmente este planteamiento que inundó el Romanticismo y retroactivamente toda la literatura anterior reinterpretada por los idealistas románticos. Afirma Jesús que «Cervantes está construyendo a un zumbado con el fin de instaurar un orden político que no tiene nada que ver con su tiempo». Pero ese orden de naturaleza «cortical» pertenecería a un ortograma medieval que se ve ridículo, por lo obsoleto que resulta, en la época que Cervantes escribe El Quijote. El loco es un idealista que termina devorado por la realidad porque «la locura es incompatible con la realidad», sentencia Jesús.
Pedro repara astutamente en el origen «libresco» de la locura de Don Quijote. El personaje de Cervantes se volvió loco tras leer ciertos libros de caballería. Y es que en los libros hay plasmadas unas ideas que muchas veces entran en colisión -en dialéctica se diría- con otras ideas. Unos libros combaten, anulan y niegan otros libros.
A continuación nuestros tertulianos entran de lleno en lo que Pedro ha denominado el «antierasmismo» de Cervantes. Hay dos vertientes -una biográfica y otra hermenéutica- para abordar este asunto. Nos centramos primero en la biográfica. Nuestros tertulianos afirman que Cervantes está determinado por aspectos «corticales» que tienen que ver con la guerra y la paz. Es necesario aquí citar Lepanto y el Cervantes guerrero. «La voluntad de pelear contra el Turco es completamente incompatible con el erasmismo», sentencia Pedro.
Cervantes, bañado de realismo, también tritura un mito erasmista. Así, Erasmo afirmaba que la «Universitas Christiana» no podía combatir entre sí. Esto es muy interesante de abordar porque Cervantes se ubicaría aquí en una dialéctica de ortogramas imperiales, en vez de la dialéctica religiosa, digamos evangélica, de raíz medieval. No se trataría pues de «guerras civiles» en el seno de la «Universitas Christiana», sino de verdaderas guerras entre Estados cristianos. La clave es esta: la dialéctica también -y sobre todo- es entre los propios cristianos que se agrupan en Imperios o Estados. Cervantes vio que la razón de Estado se imponía a la razón de la Iglesia.
Pedro también destaca que el casticismo como fundamento de la formación de Cervantes se ha eliminado en favor del erasmismo porque encajaría mejor con la idea del europeísmo rampante y ciertas ideas-fuerza como el pacifismo.
Juan Ginés Sepúlveda, sacedote y filósofo español, se convierte en un personaje muy importante para apuntalar la tesis que maneja Pedro Insua en su libro. Sepúlveda en su «Democrates primus» intentó neutralizar los efectos perniciosos para la «eutaxia» que estaba produciendo el erasmismo en la milicia española. Pedro ha reparado en que en ese libro aparece la asociación entre caballería, locura e ingenio, que son los tres elementos fundamentales en la novela de Cervantes. Precisamente dice Sepúlveda que traer a colación en su época la norma caballeresca es locura. Pedro fue «tirando del hilo» de Sepúlveda hasta que ha tejido una red muy densa y consistente que forma el armazón argumental de su libro. Jesús confirma la tesis de Pedro y afirma que los argumentos de Pedro están ratificados objetivamente en los escritos de Cervantes.
Pedro y Jesús también hablan del «mito de Shakespeare». Mientras el reconocimiento de Cervantes se impondría ,según Pedro, «por méritos propios», el de Shakespeare sería una imposición del Imperio inglés que necesitaba construir un mito que oponer a Cervantes. Jesús opina que Shakespeare «en poesía era un sonetista y en literatura un tragediógrafo, un comediógrafo que escribió unas docenas de comedias y tragedias en colaboración con otros autores, aunque en algunos casos en colaboraciones no declaradas». A pesar de la indiscutible calidad de Shakespeare como dramaturgo y sonetista, nunca escribió una novela ni una narración. Jesús sostiene que Cervantes y Shakespeare no son comparables. Shakespeare es más «una marca» que un autor, sentencia Pedro.
Cervantes es un autor excelente. Nunca un autor había escrito literatura con un grado de racionalismo y realismo tan elevados. Jesús sostiene que en Cervantes está el genoma o el ADN de la literatura de todas las épocas. Un escritor enorme.
Por último, Pedro destaca que la labor poética de Cervantes empezó con el general inquisidor Diego de Espinosa: «Quien promueve la carrera poética de Cervantes fue el inquisidor Espinosa». Si el erasmismo fue un intento de deslindar a Cervantes de la Inquisición y el Imperio español para tal vez ubicarlo en la inexistente categoría «escritor de la Humanidad», donde podría estar según la interpretación de Bataillon, nuestros tertulianos recuerdan que es imposible separar a Cervantes del contexto histórico donde nació y se forjó como soldado y escritor, así como de las Ideas que «flotaban» en el ambiente y sostenían figuras como Sepúlveda. Cervantes es una figura literaria de primer nivel propia de una Nación de primer nivel en el mundo de aquella época.
Descargue este episodio desde Google Drive.
* Grabado el domingo 23 de enero de 2017.
¿Por qué es necesaria la Filosofía, más bien el plano filosófico, para abordar un análisis profundo de la obra de Cervantes? Sin negar en ningún momento la aportación de ciertas categorías muy necesarias para analizar una obra, la composición en cualquier caso ha de elaborarse desde la Filosofía, desde un sistema de pensamiento. Pedro afirma que nada se compone sólo de palabras. La Teoría del Cierre Categorial (TCC) de Gustavo Bueno apunta a los referenciales que van más allá del relato. Jesús G. Maestro abunda en las palabras de Pedro y sostiene que el problema se agrava porque la Filología se ha construido en muchos casos sobre el idealismo más ramplón.
A continuación nuestros invitados analizan el problema de la locura de Don Quijote. Jesús G. Maestro no quiere plantear la locura desde el campo categorial de la Psiquiatría. Jesús más bien habla de la idea de locura y así logra ubicarse en el plano filosófico. El idealismo alemán interpreta la locura como una forma superior de racionalismo que nos liberaría del corsé de lo establecido. Jesús ataca frontalmente este planteamiento que inundó el Romanticismo y retroactivamente toda la literatura anterior reinterpretada por los idealistas románticos. Afirma Jesús que «Cervantes está construyendo a un zumbado con el fin de instaurar un orden político que no tiene nada que ver con su tiempo». Pero ese orden de naturaleza «cortical» pertenecería a un ortograma medieval que se ve ridículo, por lo obsoleto que resulta, en la época que Cervantes escribe El Quijote. El loco es un idealista que termina devorado por la realidad porque «la locura es incompatible con la realidad», sentencia Jesús.
Pedro repara astutamente en el origen «libresco» de la locura de Don Quijote. El personaje de Cervantes se volvió loco tras leer ciertos libros de caballería. Y es que en los libros hay plasmadas unas ideas que muchas veces entran en colisión -en dialéctica se diría- con otras ideas. Unos libros combaten, anulan y niegan otros libros.
A continuación nuestros tertulianos entran de lleno en lo que Pedro ha denominado el «antierasmismo» de Cervantes. Hay dos vertientes -una biográfica y otra hermenéutica- para abordar este asunto. Nos centramos primero en la biográfica. Nuestros tertulianos afirman que Cervantes está determinado por aspectos «corticales» que tienen que ver con la guerra y la paz. Es necesario aquí citar Lepanto y el Cervantes guerrero. «La voluntad de pelear contra el Turco es completamente incompatible con el erasmismo», sentencia Pedro.
Cervantes, bañado de realismo, también tritura un mito erasmista. Así, Erasmo afirmaba que la «Universitas Christiana» no podía combatir entre sí. Esto es muy interesante de abordar porque Cervantes se ubicaría aquí en una dialéctica de ortogramas imperiales, en vez de la dialéctica religiosa, digamos evangélica, de raíz medieval. No se trataría pues de «guerras civiles» en el seno de la «Universitas Christiana», sino de verdaderas guerras entre Estados cristianos. La clave es esta: la dialéctica también -y sobre todo- es entre los propios cristianos que se agrupan en Imperios o Estados. Cervantes vio que la razón de Estado se imponía a la razón de la Iglesia.
Pedro también destaca que el casticismo como fundamento de la formación de Cervantes se ha eliminado en favor del erasmismo porque encajaría mejor con la idea del europeísmo rampante y ciertas ideas-fuerza como el pacifismo.
Juan Ginés Sepúlveda, sacedote y filósofo español, se convierte en un personaje muy importante para apuntalar la tesis que maneja Pedro Insua en su libro. Sepúlveda en su «Democrates primus» intentó neutralizar los efectos perniciosos para la «eutaxia» que estaba produciendo el erasmismo en la milicia española. Pedro ha reparado en que en ese libro aparece la asociación entre caballería, locura e ingenio, que son los tres elementos fundamentales en la novela de Cervantes. Precisamente dice Sepúlveda que traer a colación en su época la norma caballeresca es locura. Pedro fue «tirando del hilo» de Sepúlveda hasta que ha tejido una red muy densa y consistente que forma el armazón argumental de su libro. Jesús confirma la tesis de Pedro y afirma que los argumentos de Pedro están ratificados objetivamente en los escritos de Cervantes.
Pedro y Jesús también hablan del «mito de Shakespeare». Mientras el reconocimiento de Cervantes se impondría ,según Pedro, «por méritos propios», el de Shakespeare sería una imposición del Imperio inglés que necesitaba construir un mito que oponer a Cervantes. Jesús opina que Shakespeare «en poesía era un sonetista y en literatura un tragediógrafo, un comediógrafo que escribió unas docenas de comedias y tragedias en colaboración con otros autores, aunque en algunos casos en colaboraciones no declaradas». A pesar de la indiscutible calidad de Shakespeare como dramaturgo y sonetista, nunca escribió una novela ni una narración. Jesús sostiene que Cervantes y Shakespeare no son comparables. Shakespeare es más «una marca» que un autor, sentencia Pedro.
Cervantes es un autor excelente. Nunca un autor había escrito literatura con un grado de racionalismo y realismo tan elevados. Jesús sostiene que en Cervantes está el genoma o el ADN de la literatura de todas las épocas. Un escritor enorme.
Por último, Pedro destaca que la labor poética de Cervantes empezó con el general inquisidor Diego de Espinosa: «Quien promueve la carrera poética de Cervantes fue el inquisidor Espinosa». Si el erasmismo fue un intento de deslindar a Cervantes de la Inquisición y el Imperio español para tal vez ubicarlo en la inexistente categoría «escritor de la Humanidad», donde podría estar según la interpretación de Bataillon, nuestros tertulianos recuerdan que es imposible separar a Cervantes del contexto histórico donde nació y se forjó como soldado y escritor, así como de las Ideas que «flotaban» en el ambiente y sostenían figuras como Sepúlveda. Cervantes es una figura literaria de primer nivel propia de una Nación de primer nivel en el mundo de aquella época.
Descargue este episodio desde Google Drive.
* Grabado el domingo 23 de enero de 2017.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)