Segunda parte del episodio de Radio Materialista sobre las ciencias y las pseudociencias. Estas últimas, al ser un «formato clase negativo», presentan ciertos problemas para operar con una definición solvente. Además, al depender del criterio de determinación y, por lo tanto, no ser una cuestión que se deba abordar exclusivamente desde las ciencias, debemos acudir a la gnoseología. Pero, para complicar aún más la situación, hay diversas gnoseologías que, además, están enfrentadas entre sí. Hoy para abordar este prolijo tema me acompañan tres filósofos muy competentes del Materialismo Filosófico: David Alvargonzález, Íñigo Ongay de Felipe y Miguel Ángel Navarro Crego.
David Alvargonzález recuerda que de las cuatro acepciones del término «ciencia», sólo una es la que nos interesa para abordar el problema de las pseudociencias: la ciencia categorial estricta, la ciencia positiva. David señala que estas ciencias -mejor en plural- se caracterizan porque tienen un conjunto de teoremas apodícticos a su vez coordinados por unos principios. Este sistema de principios y teoremas conforman la ciencia actual. Las pseudociencias entonces se presentarían como ciencias, en el sentido señalado, pero sin serlo. Serían entonces «falsas ciencias». Pero David distingue entre pseudociencias y paraciencias, que no serían «sensu stricto» pseudociencias.
Íñigo Ongay sostiene que la distinción entre ciencia y pseudociencia remite a uno de los problemas clásicos de la gnoseología: «el criterio de demarcación». Y aquí radica el problema principal. ¿Cómo lo establecemos? Íñigo analiza los criterios gnoseológicos de Mario Bunge y cree que carecen del rigor necesario. Íñigo también afirma, en la línea de Alvargonzález, que aplicando la Teoría del Cierre Categorial (TCC) lo que distinguiría una ciencia de una pseudociencia es «la segregación en las ciencias positivas de teoremas que son apodícticos».
Miguel Ángel Navarro destaca que la idea de ciencia no es lisológica, vista desde el pluralismo ontológico y gnoseológico discontinuista del Materialismo Filosófico (MF). Después distingue entre modulaciones «alfa-operatorias» y «beta-operatorias», así como entre los tres géneros de materialidad que no agotan la materia en la corporeidad, en el fisicalismo, para explicar que no es posible tener un solo concepto de ciencia. Y, claro está, esto afectaría también al concepto de pseudociencia. Miguel Ángel también cree importante la distinción de esos saberes que sin tener una estructura cerrada se presentan como ciencias (fundamentalismo científico).
Dentro de cada campo categorial científico se pueden instalar ciertos saberes paracientíficos o al menos ciertas teorías no probadas. Mario Bunge afirma que la «teoría de las supercuerdas» tiene todas las características de una pseudociencia. Desde el MF algunos filósofos como Javier Pérez Jara han determinado que teorías como la del «Big Bang» son metafísicas. Sin embargo, están instaladas -por así decir- dentro de algunos campos categoriales como la Física. Preguntamos a nuestros invitados si sería adecuado relacionar estas teorías con las pseudociencias.
Nuestros tertulianos creen que en todo caso serían teorías no probadas, conjeturas, hipótesis. En algunos casos serían teorías paracientíficas, a la espera de una verificación. En otros casos serían fraudes -pseudociencias en todo caso- si la intención es embaucar.
Hay una ufología que pretende ser científica para paliar en parte el desprestigio que se ha ganado esta pseudociencia. Algunos ufólogos como los de la agrupación «Aerial Phenomenon Investigations», que está dirigida por Antonio París, ex oficial de contrainteligencia del Ejército de EE.UU. y del Departamento de Defensa, están tratando de otorgarle un estatus científico a la ufología. Y es que esta agrupación no duda en contratar a personal cualificado para las investigaciones como «ex pilotos de la Fuerza Aérea, ingenieros de la NASA, periodistas, ex oficiales de inteligencia militar, maestros, fotógrafos profesionales, y un psicólogo». Cabría preguntarnos si estos intentos de -por así decir- buscar un estatus científico para algunas pseudociencias como la ufología, librarían a estos saberes o pseudosaberes de la etiqueta de pseudociencias.
Para Alvargonzález la cuestión de si algo es científico o no, tiene mucho que ver con el método científico. Pero tampoco se puede confiar todo al método. Así lo explica David: «El mero hecho que se utilicen métodos estadísticos, métodos cualitativos, métodos empíricos o que se utilicen matemáticas; esos son rasgos que tienen algunas ciencias en mayor o menor medida pero no sirven para distinguir lo que son ciencias de lo que no lo son». En el caso concreto de la ufología, nuestros invitados creen que no sería una ciencia porque aún no tiene un campo propio. Sería en todo caso, como sucede con la astrobiología, «una ciencia que se pretende», pero que carece de campo al no haberse encontrado evidencias de aeronaves de procedencia extraterrestre. Íñigo cree que sucede algo parecido a lo que pasa con la «teología natural» considerada como ciencia. La primera pregunta de la teología natural sería: «An sit Deus». En el caso de la ufología está por ver que existan los extraterrestres y que puedan visitarnos. Miguel Ángel incide en que no se puede clasificar una ciencia sólo por el método, y mucho menos distinguirla de una pseudociencia de esa manera.
Íñigo también realiza una critica al escepticismo. Y es que si se puede realizar una crítica a las pseudociencias será desde las propias categorías científicas, nunca desde el escepticismo. Miguel Ángel advierte que el escepticismo puede conducirnos a un relativimo cultural de tipo anarquista (Feyerabend). Íñigo además apostilla que no se puede ser crítico con las pseudociencias sin ser en cierto modo dogmático «porque los propios criterios de clasificación tienen que estar fundados en algo, fundamentalmente en los resultados de las ciencias del presente», sostiene Íñigo.
Finalmente, nuestros invitados analizan la llamada «ciencia del cambio climático». Muchos científicos y «escépticos» consideran que los «negacionistas» del cambio climático (antrópico) están ubicados en las pseudociencias porque supuestamente estarían negando multitud de pruebas pretendidamente científicas. Sin embargo, nuestros invitados discrepan. David hace un análisis gnoseológico y discute el estatus científico de la climatología porque las causas que influyen sobre el clima no se pueden controlar, ni siquiera se conocen en su integridad, y parte de ellas son de origen extraterrestre. Íñigo y Miguel Ángel continúan en la línea de Alvargonzález y además ven «luchas ideológicas» en este asunto. Íñigo añade que «si el clima es un sistema de caos determinista regulado por ecuaciones caóticas, entonces es que es por principio absolutamente imposible de predecir». Por esta razón, Íñigo afirma que tampoco se podría ser escéptico en este punto.
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*Grabado el 19 de febrero de 2017.