lunes, 2 de septiembre de 2019

Radio Materialista - Episodio 62 (Filosofía de la Música)

Nuevo episodio de Radio Materialista. Hoy hemos hablado de Filosofía de la Música con Vicente Chuliá Ramírez, un compositor y director de orquesta que está trabajando en el desarrollo completo de la Filosofía de la Música que elaboró Gustavo Bueno Martínez.

Vicente nos habla de su acercamiento al Materialismo Filosófico (MF). Su formación escolástica de la composición se la debe a su padre, el también compositor Salvador Chuliá Hernández. También su aprendizaje con el técnico de dirección de orquesta Enrique García Asensio le aportó un armazón teórico muy sólido. Finalmente, su hermano Ernesto, profesor e intérprete de trompeta clásica, le descubrió algunos vídeos de Gustavo Bueno. En especial a Vicente le interesaron sobremanera los vídeos del curso de Filosofía de la Música del filósofo calceatense. Pronto se daría cuenta Chuliá de que el MF "ofrece, sin ningún tipo de dudas, unas coordenadas que permiten un mapa del mundo que hoy en día no se puede confeccionar con tal solidez desde ningún otro sistema". Vicente destaca el día en que Gustavo Bueno Sánchez y Tomás García le invitaron a Oviedo para que les comentara todos los avances e investigaciones que estaba llevando a cabo.

Después Vicente nos habla de la difícil acogida de estas ideas en el gremio de los músicos. La Música no permite un cierre categorial como el que se puede dar en la Química o la Geometría. Es un campo muy complejo intersectado por otros muchos. Esto abre la vía de la filosofía espontánea "que inunda todo el gremio", en palabras de Chuliá. Nuestro invitado destaca que el gremio de la dirección de orquesta "se mueve con categorías alemanas". Esta concepción germánica se traduce -a juicio de Chuliá- en una serie de "ideas holóticas que parten casi siempre de concepciones monistas". Por eso el MF, que es pluralista y discontinuista, constituye una oportunidad excelente para reconstruir todo el discurso teórico.

Nuestro invitado ahora procede a definir críticamente la música. Lo que hace el MF desde su actualismo es analizar todas las ideas clásicas de artes serviles y artes liberales para triturarlas y reconstruirlas desde el eje radial (la relación de los hombres con las cosas). Para Chuliá "el MF desde un pluralismo discontinuista, que no acepta una homogeneización de una teoría estética general, precisamente establece la distinción entre arte sustantivo y arte adjetivo". En el arte adjetivo las morfologías sólo tienen sentido cuando se integran "como partes de una conducta o un proceso teleológico humano o etológico, es decir, cuando son partes de otra cosa". El ejemplo del hacha de sílex que sólo se entiende cuando la relacionamos con la mano que la utiliza, ilustra bien el arte adjetivo. En cambio, el arte sustantivo no tiene esas finalidades, pues "tiene una lógica interna que lo sustancializa", según nuestro invitado. Pero esa lógica siempre se ha de dar en sustancialismos actualistas, esto es, no hay sustancias eternas: "son tan partes de la sustancia los componentes genéricos de M3 como las transformaciones y accidentes de esas sustancias". Chuliá, para que nuestros oyentes lo entiendan, nos ilustra con la Quinta Sinfonía de Beethoven: "Esa sinfonía no es una sustancia eterna e invariable, sino que tiene unas invariables en sus propios conceptos internos, pero esas invariables están transformándose a través de referenciales, de fenómenos, a través del presente en marcha (actualismo)". A continuación se pregunta cómo podemos sustancializar una obra de arte desde ese criterio. Desde los valores estéticos parece insuficiente. Así que para Chuliá la única alternativa es analizar esto "desde analogías de atribución con las ciencias en estado alfa". Como vemos, hay unas dificultades muy grandes para definir in recto la música. Así que lo que podemos hacer -a juicio de Chuliá- es echar mano de las herramientas que nos proporciona el MF: por ejemplo, la teoría de la esencia genérica de Gustavo Bueno. La raíz sería la apreciación de los sonidos. El núcleo tendría que ver con un volumen de masas de cuerpos que están vibrando entre sí. Este volumen (tridimensional) tiene tres ejes: Y (las alturas de los sonidos), X (las duraciones de los sonidos) y Z (el eje que cruza los dos ejes anteriores y que está formado por cuatro partes: la intensidad, la presión, la densidad y las amplitudes). De las intersecciones muy complejas de estos elementos (que explica con ejemplos Chuliá) surge lo que llamamos música. Estos tres ejes están trabados en symploké. Son disociables pero inseparables. Finalmente, Chuliá explica el tercer elemento: el cuerpo de la música.

Vicente también observa que la leyenda negra ha afectado a la música. Dice Chuliá: "Muchas personas cuando analizan estas cuestiones quieren envolver un análisis de la propia historia de filosofías importadas que ya toman parte en el asunto" y no se dan cuenta. También opina que el MF es un sistema aún muy joven, que se está haciendo: "El que diga que está cerrado o clausurado es un imbécil, no como insulto, sino porque va sin báculo, desorientado". En asuntos como la música es ahora cuando estamos empezando, destaca Chuliá. También afirma que la música de Bach no hubiera sido posible sin la aportación del siglo de oro de la polifonía española: Alonso Lobo, Tomás Luis de Víctoria, Cristóbal de Morales, Juan Cabanilles (el principio de "La Pasión según San Mateo" de Bach es "un plagio desde el punto de vista melódico" de "Mortales que amáis" de Cabanilles), &c. También sentencia Chuliá que en los siglos XV y XVI el mejor sitio del mundo donde se podía estudiar música era España.

Ahora Vicente replica a la crítica que algunos han realizado de la Filosofía de la Música del MF que apunta a que tendría un campo de aplicación muy restringido a las músicas "cultas" y no serviría para analizar las músicas populares. Chuliá se opone radicalmente a esta crítica porque es indocta. Afirma nuestro invitado con contundencia: "No me extraña que a otros no les sirva lo que yo escribo, porque para que sirva hay que saber armonía, contrapunto, fuga, orquestación. Es decir, si no sabes meterte dentro de la partitura no puede servir. Es como el que no sabe Química: la TCC no le sirve para nada más que para propias estéticas retóricas". Y es que al ser la Filosofía un saber de segundo grado, exige unos conocimientos previos de los saberes de primer grado. Chuliá nos recuerda que Gustavo Bueno destruyó las ideas de "música culta", "música clásica", "música popular" (el pueblo somos todos, incluso los que van a un concierto de Bach), "música determinista", "música aleatoria", etc. Además, también puede haber piezas de Mozart y Haydn de música degenerada si, por ejemplo, estuvieran tocadas con un sintetizador. Porque la música degenerada es la que pierde el género, no la que es el resultado de una depravación moral. Chuliá pone el ejemplo de la música electrónica que ha perdido componentes en el eje Z: no hay densidades, presiones ni amplitudes. Sólo hay intensidades y cromatofonismo. "Si no hay armónicos naturales, entonces hablamos de que ha perdido el género", dice Vicente, que además afirma que "perder el género" no significa que no se pueda analizar ni que esa música guste más o menos. Prosigue Chuliá: "Lo que pasa es que el ignorante tiene que ejercitarse en el arte de la retórica para impresionar al público y entonces viene a convertir la Filosofía en algo totalmente metafísico que viene a ser psicologismo, sociologismo y, sobre todo, payasería". Y para Chuliá, parafraseando a Platón, esta confusión sería el principio de la corrupción, algo que convertiría a los filósofos en impostores, "y contra esto sí que vamos", concluye nuestro invitado.

Vicente Chuliá dice que él no está en contra del trabajo de los disc jockeys o de los artistas de vanguardia como John Cage, pioneros en utilizar un giradiscos como instrumento productor de música en vez de como aparato reproductor: "Si lo quieren hacer, que lo hagan", dice Chuliá. Lo que no hay que hacer es mezclar ambas cosas, a juicio de Vicente: "Lo que no podemos permitir es que todo entre dentro de un saco monista común y ecualizado a otras cosas que son otra cosa, porque en el momento en que la Medicina se confundiera con el curanderismo estaríamos en una sociedad totalmente ridícula abocada al suicidio total". También recuerda Chuliá que la Filosofía no sólo se ha de ocupar del arte sustantivo: también debe ocuparse del arte adjetivo y, en concreto, de la música degenerada, con el mismo interés que otros aspectos de la realidad.

Finalmente, Vicente Chuliá trata el controvertido asunto de los subjetivismos en la música. Vicente parte de la distinción entre subjetivismos psicológicos y subjetivismos lógicos (operaciones moldeadas por las instituciones de las que forman parte). Este subjetivismo lógico para Chuliá es el que serviría como nexo entre M1, M2 y M3. Termina nuestro invitado comentándonos sus nuevos proyectos y actividades en torno a la Filosofía de la Música del Materialismo Filosófico.





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*Grabado el 1 de septiembre de 2019.