Esta semana nuestros tertulianos Pedro Insua Rodríguez, Iván Vélez y Jose Cabo analizan el traslado de una parte de los papeles de Salamanca a Cataluña, cediendo a las presiones de la Generalidad de Cataluña.
Pedro Insua afirma que el Archivo de Salamanca es (o debería ser) eso: un archivo histórico. Y todo archivo histórico como tal tiene funciones gnoseológicas. Lo que en su día fue un instrumento represor del régimen del general Franco (finis operantis), ahora es un conjunto de documentos para conocer la Historia (finis operis). Esta situación se entiende -a juicio de Pedro- como un fractal de la situación política en la que nos encontramos. Cataluña -esto es, el sector independentista catalán- trata de construir la Nación política catalana y esta reivindicación de los papeles de Salamanca se ubicaría en esa vía al dispersar un archivo nacional en las "nacionalidades" que componen España según el discurso secesionista.
Iván opina que otra de las ideas que circulan subrepticiamente en esta reivindicación es que la Guerra Civil habría enfrentado a España contra Cataluña y ahora se trataría de devolver a Cataluña lo que España (que oblicuamente se relacionaría con el franquismo) en la guerra supuestamente le "robó". Iván ve esta idea muy delirante y recomienda un psiquiatra a quien la sostenga.
Jose Cabo denuncia que la comisión de expertos encabezada por Mayor Zaragoza y formada por ilustres historiadores socialdemócratas estuvo manipulada para que fallara a favor de la salida de los documentos: "no hubo votación", destaca Cabo.
La defensa del Archivo de Salamanca tampoco se puede hacer de cualquier manera. Los argumentos son aquí muy importantes. Por esto nuestros tertulianos ven un error apelar a la universalidad de la Cultura para defender que el Archivo se quede en Salamanca. Este asunto no involucra a la humanidad sino a la Nación española. Por tanto, la escala desde la que hay que plantear la defensa es la Nación política española.
Desde el independentismo catalán se habla de un "Estado plurinacional" que no encajaría en el "nacionalismo español". Pero Pedro advierte que detrás de esta fórmula aparentemente inocente del Estado plurinacional está el secesionismo resumido en la frase de Ortega: "en lugar de partes de un todo, todos aparte". Iván recuerda que no hay "nación de naciones"; es tan absurdo como decir "hierro de madera". Cabo también ve preocupante que en el Gobierno de España no haya una estrategia para detener estos delirios secesionistas.
Algunos ven en esta polémica una dialéctica entre neofranquistas y demócratas. Nuestros tertulianos niegan esa explicación. Si se trata de establecer continuidades políticas entre el franquismo y el PP, puede haberlas en casi la misma proporción que en otros partidos. Pero también se dan discontinuidades. Por ejemplo, el hecho de aceptar partidos políticos en el régimen de 1978 se puede entender como una discontinuidad. Y es que según los principios del Movimiento la propia existencia del PP y del resto de partidos políticos es inaceptable. Si lo vemos desde coordenadas sociológicas no hay manera de evitar el franquismo: "todos están pringados", destaca Pedro. Iván, abundando en el argumento sociológico, dice que muchos políticos actuales de los partidos de izquierdas y de derechas de nuestro régimen de 1978, biológicamente vienen de familias del Movimiento.
Nuestros tertulianos opinan que los papeles de Salamanca son de la Nación española, no de las regiones. "¿Qué tiene que ver la Generalidad aquí?" -se preguntan nuestros invitados.
Finalmente, los contertulios analizan sucintamente las palabras de Pablo Iglesias Turrión (Podemos) en su discurso de Barcelona del pasado 21 de diciembre. Pedro recuerda aquel diálogo de Platón sobre la esencia de la virtud: el Menón. Al definir la virtud aparece "un enjambre" de definiciones, lo mismo que sucede cuando Turrión encadena un montón de definiciones de la soberanía, muy confusas, que muchas de ellas no tienen relación con su verdadero significado político. Turrión cree que el Gobierno español -esto es, "la casta"- habría enojado a Cataluña al no reconocer que España es una nación de naciones. Pero Pedro le recuerda a Turrión que precisamente es el régimen de "la casta" el que en el artículo 2 de la Constitución habla de la nación de naciones. Iván Vélez después de afirmar que la confusión terminológica de las élites de Podemos hace inviable cualquier discusión, opina que frente a Podemos se dan dos reacciones: la fascinación de unos (que no perciben la falta de realidad del discurso 'podemita') y el miedo de otros (que demuestran su debilidad). "Podemos es la quintaesencia del régimen de 1978", sentencia Iván. Cabo abunda en el comentario de Iván: "Podemos es la versión actualizada del PSOE de la chaqueta de pana, del PSOE de Suresnes. Antes se hablaba del franquismo y ahora de la casta".
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*Grabado el 7 de enero de 2015.