En esta edición contamos con tres filósofos del Materialismo Filosófico para analizar todos los problemas filosóficos derivados del animalismo: Pedro Insua Rodríguez, José Manuel Rodríguez Pardo e Íñigo Ongay de Felipe. Hemos de resaltar que Íñigo ha realizado una tesis doctoral sobre el Proyecto Gran Simio y es, en consecuencia, una de las voces más autorizadas para analizar las ideas en las que se desenvuelven los animalistas.
Los animales no están encapsulados en el eje radial del espacio antropológico, no son máquinas (salvo en casos específicos como las bestias de carga que se comportarían como máquinas y entonces podrían relacionarse con el eje radial), y esto hace que algunos ubiquen a los animales -al menos a los primates más evolucionados- en el mismo eje que los humanos (el eje circular). De aquí posiblemente nace el animalismo, que aunque muchos creen que es muy moderno, en realidad goza de una tradición secular. Pero el MF, que usa un espacio antropológico "tridimensional", no ubica normalmente los animales en el eje circular (cuando se consideran númenes), sino que utiliza otro eje, el angular, para no tener que lidiar con las contradicciones que surgen cuando un chimpancé y un humano ocupan el mismo eje del espacio antropológico. Desde aquí parte la crítica contundente contra el animalismo que llevan a cabo nuestros tertulianos, que también advierten de las "peligrosas" consecuencias dimanadas de la indistinción de los espacios antropológico y zoológico. El primero procede del segundo pero hay que delimitar los márgenes y no confundir ambos espacios, como muy a veces hacen los animalistas.
Los tertulianos niegan la existencia de una ética anantrópica (como proponen Singer y los defensores del Proyecto Gran Simio). Asimismo, trituran la metafísica idea de "progreso moral" defendida por los filósofos idealistas y abrazada, sin advertir las contradicciones, por la socialdemocracia y los animalistas.
Otro apartado importante del debate es el espinoso asunto de los derechos de los animales. Nos preguntamos si los animales más evolucionados son o pueden ser sujetos de derecho. Los tertulianos lo niegan categóricamente. Pero esto no quiere decir que ciertos animales gocen de una protección jurídica para esos casos donde los animales son maltratados sin un criterio de racionalidad (económica, médica, alimenticia, epidemiológica, &c). Íñigo cita como ejemplo de esto el suceso acontecido en noviembre de 2001 cuando unos "locos" cortaron las patas con una sierra a 15 perros de la protectora de Tarragona. "Maltratar a los animales por el placer de causarles dolor, es una condición propia de un loco", sentencia Íñigo.
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*Grabado el 14 de agosto de 2014.